jueves, 9 de diciembre de 2010

MERCE



Acaban de dar el premio Nobel de Literatura de este año, al escritor peruano Mario Vargas Llosa.
En su discurso, sorprendió al mundo con un agradecimiento eterno a la mujer que es su esposa y que según él le ha servido de soporte para todo lo que ha logrado.
Una oda a la mujer fué lo que se escuchó y oyendo el discurso parece que estuvierámos oyendo hablar de nuestra madre, a quién por estos días de seguros todos recordamos con más intensidad.
Decía el escritor, que su esposa le alcahuetaba todo y era el sosten del hogar, que organizaba desde las finanzas hasta el itinerario de él, ahuyentaba a los periodistass , se entendía con los agentes y manejaba todo el hogar.
Además de esto, dice que le quedaba tiempo extra, para atender las visitas y organizar las recepciones que había que dar dada la posición que ocupan.
Así era Merce, para nuestro hogar.

Todos encontrábamos el lugar para el consejo, y la ayuda para lograr salir adelante en cuánto nos propusierámos.
Siempre todo estaba en su lugar y lo que faltaba era suplido de forma mágica que causaba admiración en nuestras mentes infantiles.
Administraba el dinero cual director de presupuesto y para todo alcanzaba incluyendo la ayuda extra para cualquier travesura.
Después de todo esto, le quedaba tiempo para ella y sus lecturas y para el consejo al externo que siempre recurría a su sapiencia.
Cómo nos acordábamos ayer creo que nunca hicimos los homenajes merecidos, en gran magnitud.
Hasta en eso fué callada .
Nunca exigió y por el contrario supo dar lo que a veces no tenía.
Hoy más me acuerdo de ella y por eso dejo aquí este pensamiento.

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