Acaban de dar el premio Nobel de Literatura de este año, al escritor peruano Mario Vargas Llosa.
En su discurso, sorprendió al mundo con un agradecimiento eterno a la mujer que es su esposa y que según él le ha servido de soporte para todo lo que ha logrado.
Una oda a la mujer fué lo que se escuchó y oyendo el discurso parece que estuvierámos oyendo hablar de nuestra madre, a quién por estos días de seguros todos recordamos con más intensidad.
Decía el escritor, que su esposa le alcahuetaba todo y era el sosten del hogar, que organizaba desde las finanzas hasta el itinerario de él, ahuyentaba a los periodistass , se entendía con los agentes y manejaba todo el hogar.
Además de esto, dice que le quedaba tiempo extra, para atender las visitas y organizar las recepciones que había que dar dada la posición que ocupan.
Así era Merce, para nuestro hogar.
Todos encontrábamos el lugar para el consejo, y la ayuda para lograr salir adelante en cuánto nos propusierámos.
Siempre todo estaba en su lugar y lo que faltaba era suplido de forma mágica que causaba admiración en nuestras mentes infantiles.
Administraba el dinero cual director de presupuesto y para todo alcanzaba incluyendo la ayuda extra para cualquier travesura.
Después de todo esto, le quedaba tiempo para ella y sus lecturas y para el consejo al externo que siempre recurría a su sapiencia.
Cómo nos acordábamos ayer creo que nunca hicimos los homenajes merecidos, en gran magnitud.
Hasta en eso fué callada .
Nunca exigió y por el contrario supo dar lo que a veces no tenía.
Hoy más me acuerdo de ella y por eso dejo aquí este pensamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario