Por segunda vez en la vida íbamos a votar en las elecciones del país.
Después de haber inscrito la cédula en el tiempo estipuladado, sólo se esperaba el Domingo 14 para depositar el voto.
Se nos ocurrió ingresar ala página de la Registraduría Nacional para averiguar en qué mesa del sitio donde nos inscribimos nos tocaba votar.
Cuál no sería la sorpresa al ver que nuestra inscripción había sido anulada así como la de Sonia, por trashumancia electoral.
Así la palabra esté mal escrita, en términos populares quiere decir que no podemos votar por supuesto delito de trasteo de votos.
Esto no es nuevo en Barranquilla, ya que es pionera en esta clase de fraudes y en cuánta elección hay pasamos la verguenza de llevar este'título a nivel nacional.
Así como nosotros, son muchos los votantes que nos tendremos que quedar en casa sin poder manifestar en las urnas nuestro sentir electoral.
Será en otra oportunidad, pero seguro estamos que tendremos que rezar para que nuestro deseo no se vea truncado por los delitos que siempre han caracterizado a esta ciudad y que hacen que inocentes se vean atropellados en sus derechos.
Al carajo, los planes y al carajo la X que íbamos a marcar en la consulta del Voto Caribe.
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