sábado, 17 de abril de 2010

IGLESIA CATOLICA



Siguen los escándalos en los que se ve involucrada la Iglesia Católica.

Acaba de salir a la luz pública, una carta del Cardenal Castrillón, donde en su época de trabajo en la Santa Sede, le dirigió una comunicación a otro cardenal, felicitándolo por no haber acusado un sacerdote de pedofilia.

Según la carta, el cardenal tenía conocimiento del hecho y no acusó al colega siendo felicitado por Castrillón con el mensaje que era mejor que esto quedara entre las paredes de la iglesia.

Ahora cuando es acusado por la opinión pública, se defiende diciendo que la carta que el envió tenía el aval de Juan Pablo II a la sazón el papa de la época.

No creo que esta haya sido la actitud de Juan Pablo, que se distinguió durante su papado, por tener un comportamiento digno .

Al estar muerto, es muy fácil cogerlo como cómplice y más bien es un hecho que viene a manchar más el nombre de una iglesia cada vez más solitaria y llevada a menos.

Esperemos que será de todo esto en unos años, pero lo único cierto es que si no cambia, se vera opacada por las otras religiones que le ganan adeptos cada día.

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