Por estos días y con cualquier excusa, se cierran carreteras y calles de cualquier ciudad del país para reclamar cumplimiento de parte de las autoridades de obras que han sido ofrecidas.
No hay gobierno que no haya tenido que afrontar los desórdenes que causa un paro de estos y los ciudadanos hemos sido víctimas de los trancones que se producen en las vías.
Los alborotadores de siempre aprovechan estas coyunturas para causar los desmanes que alteran la paz pública.
Ya hasta nos hemos acostumbrado a estos hechos y no nos asombran como al principio.
Pero lo acontecido la última semana desborda todo lo que pudiéramos imaginar.
Los pescadores de nuestra ciudad, literalmente se tomaron el Río Magdalena y atravesando sus lanchas en el mismo paralizaron la circulación de barcos que entran y salen de nuestro puerto.
Que tal?
Esa es la que pone el punto más alto punto en la jugada.
Quién iba a imaginar que con el motivo que fuera, atravesando lanchas se pudiera paralizar un río?
Creo que nadie lo hubiera pensado.
Ahora sólo queda esperar que los vecinos del aeropuerto, se atraviesen en la cabecera de la pista y no dejen entrar ni salir a los aviones.
Es posible que pronto lo estemos viendo.
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